viernes, 26 de marzo de 2010

algo nada q ver XP


__×___(`*•.¸ (`*•.¸Vocaloid yaoi¸.•*´) ¸.•*´)
kaito x len(ren)


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lunes, 8 de marzo de 2010

capitulo 2


Capitulo 2
Un molesto rayo de sol se coló por un pequeño hueco entre mis cortinas, chocando directamente contra mi rostro; me removí incomoda en la cama intentando ocultarme de el y poder seguir durmiendo, sin embargo desistí al darme cuenta que no podía volver a conciliar el sueño.
Por unos segundos me aterre al no reconocer el lugar en donde me encontraba, pero luego recordé que esta seria mi habitación desde ahora en adelante.
Alce las sabanas y las quite de mi cuerpo, para luego levantarme del colchón y dirigirme a las afueras de mi cuarto.
Una vez fuera, me introduje en el baño y me humedecí el rostro con agua fría para poder quitarme de encima el sueño.
Cuando alce la cabeza y me encontré con mi reflejo en el espejo, me di cuenta de lo desordenado de mi cabello, estaba mucho mas enredado de lo normal, por lo cual me quite una goma que traía sujeta a mi muñeca y me dispuse a atarlo en una coleta, sin embargo mas de un mechón rebelde se me escapo del agarre.
Luego de una lucha intentando atar mi cabello por completo, en la cual este gano dejando fuera más de un mechón, me dirigí al piso inferior, donde esperaba encontrarme con Beatriz o Kouta, sin embargo no había absolutamente nadie…
Me pasee por el comedor, la cocina y la sala de estar incluso por el baño de invitados, pero no había señal de ellos, entonces mi mirada se topo con un pequeño trozo de papel doblado por la mitad, me acerque a el y lo abrí.
En este decía:

Winnie.
Solo para que te vayas acostumbrando.
Siempre salgo temprano de casa por
 Mi trabajo, vuelvo en la noche. Kouta se
Va conmigo por que tiene que recoger unos
 CDs para la noche, pero pasara por ti para
 El almuerzo. Así que arréglate,
Pasara a las 1:25.
Prepárate lo que desees para desayunar,
 Volveré en la noche.
Nos veremos.
Beatriz

Había olvidado por completo la fiesta…
Doble nuevamente el papel y lo deje en su lugar.
Me asome un poco a la sala de estar para ver la hora en el reloj antiguo que había en un estante.
Ya eran las 12:36, era mejor que me apresurase, y me vistiera, aun traía mi pijamas puesto.
Iba a comenzar a subir las escaleras nuevamente, pero entonces me tope con un mueble que sostenía unas fotografías enmarcadas.
No les iba a tomar atención, pero reconocí a una mujer en una de ellas, era mi madre…
Se encontraba en el mirador de Chelthe Monthye, abrazada con Beatriz, ambas estaban con una enorme sonrisa en sus labios y a espalda de ambas se podía ver un bello crepúsculo; mis labios formaron una mueca de felicidad al ver aquella sincera sonrisa en el rostro de mi mama, había olvidado lo linda que se veía sonriendo.
Me acerque mas al mueble a examinar las fotografías, y reconocí a Kouta en una de ellas, parecía tener unos 9 años, a ambos lados de el había una niña besándole una mejilla, una de ellas traía un cabello largo y lacio de un oscuro pero brillante color negro, la otra tenia el cabello corto de un claro color castaño.
Esta ultima tenia algo muy familiar…
De pronto mi mente hizo clic; era yo, cuando tenía siete años, era una fotografía de cuando aun vivía aquí en Chelthe Monthye.
Examine la que estaba a un lado de esa y nuevamente aparecía yo, pero esta vez estaba fuertemente abrazada a la niña de cabello negro lacio, y Kouta estaba detrás de nosotras intentando abrazarnos a ambas con sus pequeños bracitos.
No le tome mucha atención a las demás fotografías, me quede observando esas dos.
No recordaba a esa niña…
Y tampoco recordaba a Kouta, cuando lo vi ayer me sentí como si fuera la primera vez que lo veía…
Desvíe mi mirada de las fotografías y me dispuse a ir a mi habitación para arreglarme mientras mi mente seguía vagando, intentando recordar…
Me frustraba mucho aquello…me ocurría lo mismo cada vez que intentaba recordar a mi padre, su imagen esta sin rostro en mi cabeza al igual que las personas que me acompañaban en mi niñez…
Una vez que llegue a mi cuarto me lance a la cama y cerré los ojos un momento.
Siempre que sentía esa enorme frustración al no poder recordar mi niñez, intentaba con todas mis fuerzas despejar mi mente…de nada me servia torturarme ya lo había hecho muchas veces, por eso intentaba mantener lejos de mi cabeza pensamientos acerca de mi pasado, evitando incluso recordar a mi madre.
Todo pensamiento desapareció una vez que recordé que hoy en la noche era la fiesta… y que en unos minutos Kouta me vendría a buscar para ir a almorzar.
Me levante rápidamente de la cama, tome una maleta y la lance encima de la cama para luego buscar algo que ponerme.
Escogí unos jeans claros y un suéter sin hombros de color verde, tome mis botas y me dirigí al baño.
Luego de unos minutos estuve lista y baje al primer piso para comer algo, fue en eso cando oí el fuerte rugido del motor  de una motocicleta apagándose fuera de la casa, me asome por la cortina y me encontré con Kouta, quien estacionaba una Harley en el aparcamiento.
Me voltee hacia la puerta y la abrí, el me quedo mirando mientras caminaba en mi dirección.
-parece que esta lista.-dijo al llegar a mi lado.-vámonos entonces.-continuo tomándome del brazo y sacándome de la casa para luego el cerrar con llave la puerta detrás de mi.
Me indico que le siguiera, obedecí en silencio caminando despacio a su lado hasta que llego a la motocicleta.
Me quede mirándolo mientras subía encima de ella.
-¿Qué sucede?-me pregunto una vez arriba.
-¿quieres que me suba?-le respondí con otra pregunta. El asintió con una sonrisa burlona bailando en sus labios.
-¿le tienes miedo?-me pregunto provocando mi enojo.
-jamás-le conteste con firmeza, dejándome llevar por mis impulsos.
Me subí con firmeza detrás de el, sin embargo cuando encendió el motor no pude evitar aferrarme contadas mis fuerzas a su cintura ocultando mi cabeza en su espalda, oí como se carcajeo y hecho partir su motocicleta.


viernes, 5 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

capitulo 1






  


Cap 1
La nieve caía con lentitud y delicadeza en forma de pequeñas pelusas posándose sobre mi gorra y en las hombreras de mi saco.
Mis piernas caminaban con dificultad por la acera, mas de una vez tropecé por culpa de los agujeros que se encontraban ocultos bajo las capas de nieve que se comenzaban a formar.

Mi abuela me había dado la dirección del lugar en donde  me recogería Beatriz Bahamonde al llegar a la ciudad. Por lo cual me detuve en una esquina para tomar una fuerte bocanada de aire, sintiendo a la vez como el frío inundaba mi garganta, deslice mi temblorosa mano por mi saco hasta llegar a mi bolsillo en donde la introduje para luego sacar un pequeño trozo de papel en donde salía inscrito el dibujo de una plaza y el nombre de la calle en donde debería de estar; mire el nombre que salía escrito en grandes letras blancas en un letrero negro a mi lado, el cual sobrepasaba mi altura y comprobé que estaba en lo correcto, desvíe mi mirada a ambos lados para ver si me encontraba con alguien conocido, sin embargo solo habían personas caminando sin tomarme la mas minima atención.

Solté un suspiro y me encamine a una banca cercana al letrero a esperar a que viniesen por mí, me deje caer con pesadez en la fría madera levemente cubierta por la nieve, dejando a un lado mío mis maletas.

Dirigí mi mirada al cielo, el cual comenzaba a oscurecerse y pude ver un enorme avión desaparecer entre las nubes que habían en el…

No podía creer que había vuelto a Chelthe Monthye. En este pequeño pueblo había vivido la mayor parte de mi infancia y ahora después de diez largos años volvía.

Cerré mis ojos un momento y apoye mi espalda contra la madera, estaba muy cansada…
                          
Mis parpados comenzaron a pesarme y el cansancio me comenzó a vencer, sin embargo unas voces bastante exaltadas cercanas a mi me llamaron la atención, una conversación bastante tensa y preocupada; sabía que no debía escuchar no era de mi incumbencia, pero la curiosidad me gano y el cansancio desapareció al mismo tiempo.

Eran dos mujeres de mediana edad, muy bien arropadas, estaban paradas a un lado del poste en el cual había estado hace unos minutos, una de ellas con oscuros cabellos negros que resaltaban su blanca piel y la otra de oscuros cabellos castaños, los cuales iban ocultos bajo una gruesa gorra gris, ambas tenían el rostro tenso mientras hablaban.

-te lo dije…ya es la quinta muerte…-me estremecí al oír aquello y continúe oyendo con mayor atención.

-lo se…pero…vaya. Que querías que pensara…-le respondió la otra.

-sabia que esto empeoraría…una chica desapareció hace unos días…-continuo la mujer de la gorra gris.

-si…lo se.-le contesto su compañera un poco nerviosa.-pero…vaya. No se que pensar, yo creí que seria causa de los animales salvajes de la zona…hay bastantes por el bosque. -continuo, agachando su cabeza.

Me estremecí ante aquello, era cierto, Chelthe Monthye era una ciudad oculta entre un espeso bosque, y no estaba muy segura de que ese bosque fuera muy seguro.

-pues eso lo encuentro imposible.-dijo la mujer de gorra segura.-pues todas las victimas solo estaban desangradas con una cortadura en el cuello…sin moretones…los animales no son tan delicados…además que hay por ahí mas de un guardia vigilando que no entren animales peligrosos.-afirmo, mordí mi labio por instinto al oír eso.-además todas las victimas fueron atacadas en el viejo mirador…y en esa zona no ahí animal alguno…a menos que haya sido un pájaro-continuo, diciendo lo ultimo en un tono burlón.

Seguí mirando a ambas mujeres mientras ellas seguían sumergidas en su conversación mientras atravesaban la calle.
                                                                                                         
El viejo mirador…

Recuerdo brevemente que cuando yo era pequeña mi padre siempre me llevaba ahí.

Mis manos temblaban y comencé a creer que no seria por el frío.

De pronto, comencé a oír los suaves pasos de alguien contra la nieve acercándose a mí, se detuvo el sonido a mi lado, y entonces una mano sujeto con firmeza mi hombro haciéndome pegar un fuerte salto y soltar un pequeño grito…

Me voltee de golpe a ver quien era, y frente a mi pude ver a un muchacho de piel pálida cabellos negros y ojos de un intenso color oscuro…

-¿Winifred…Sohma?-pregunto el muchacho, que de vista parecía sobre pasar mi altura, lo mire de pies a cabeza insegura de responder, por lo que solo asentí con desconfianza; en su rostro se formo una amplia sonrisa dejando a la vista sus relucientes dientes.-hola…soy Kouta Bahamonde.-se presento, al oír su nombre, solté un suspiro de alivio, el debía de ser el hijo de Beatriz.

-hola…-le respondí el saludo en un hilo de voz, un poco avergonzada por mi desconfianza, luego de oír una conversación ajena.

-lamento la demora, mi madre iba a recogerte, pero…surgió un problema…y tuve que salir antes de mi trabajo.-me explico con la sonrisa aun en su rostro.
-no importa…-le respondí en un susurro desviando mi mirada de la suya.

El muchacho me ayudo con mis maletas a pesar de que yo le discutí en que yo podría llevarlas.
Caminamos unos cuantos pasos rodeando la plaza hasta llegar a un Nissan plateado, en donde el comenzó a guardar mis cosas con cuidado en el maletero, mientras yo lo miraba con el ceño fruncido. El solo se carcajeo cuando me vio.

-sube.-me pidió luego de que hubiese terminado su trabajo, mientras me abría la puerta del auto, le obedecí, sentándome en el asiento del copiloto, para luego mirarlo correr hacia el asiento del conductor.

Encendió el motor, el cual rugió con fuerza para luego dar marcha al automóvil.
Estuvimos callados largo tiempo, hasta que se vio obligado a detenerse en un semáforo.

-parece…que no me recuerdas después de todo…-susurro algo inseguro de sus palabras con sus manos firmes en el volante, lo mire sin entender y el sonrío con nostalgia desviando su mirada.-olvídalo…-finalizo, note como se ruborizaba levemente y fijaba su vista hacia el frente.

Tardamos unos minutos en llegar a nuestro destino, en el resto del trayecto, luego de ese pequeño comentario, intente recordar algo de mi infancia…pero me fue imposible, mi madre siempre me decía que el no recordar bien momentos de mi niñez era por que mi mente bloqueo los momentos tristes que sufrí en aquella época, sabia que se refería a lo ocurrido con mi padre…

Kouta detuvo el auto en el aparcamiento de una casa de dos pisos de un suave color crema.

-bien. Llegamos.-me dijo amablemente, mientras apagaba el motor.-bienvenida.

-gracias.-le respondí sin quitar la vista de su casa.

Nos mantuvimos en silencio unos segundos mientras yo seguía examinando mi nuevo hogar, hasta que el retomo la palabra nuevamente.

-si quieres. ¿Puedo llevar tus cosas a tu cuarto?-pregunto desabrochándose el cinturón de seguridad.

-yo puedo…gracias…-le conteste un poco cohibida por su atención.

-te ayudare entonces…-respondió saliendo del auto con las llaves en su mano, impidiendo que rechazara su oferta, copie su acto y lo seguí cerrando tras de mi la puerta del auto; el abrió el maletero en silencio para luego arquearse un poco y tomar una de mis maletas con cuidado ofreciéndomela, yo la recibí con firmeza y espere a que me diera una mas con mi brazo alzado, sin embargo el tomo las dos ultimas, echándose una al hombro y la otra sujetándola en una de sus manos.

-vamos.-dijo cerrando con brusquedad el maletero, haciéndome pegar un salto al oír el fuerte sonido, acto que le provoco otra carcajada.

Se giro, dándome la espalda y se dirigió a la puerta principal.

Yo lo seguí un poco cohibida y molesta por su actitud, aun así me percate de la fuerza que tenia; yo desde que salí del aeropuerto tuve problemas con las tres pesadas maletas, sumándole a ello los agujeros ocultos bajo la nieve…fue un enorme lío el caminar.

Kouta abrió la puerta con cuidado, y se adentro en el interior de la casa, yo camine con cautela por detrás de el.

-mama llegara en unos minutos. Creo.-me aviso mientras se dirigía a las escaleras; antes de seguirlo, eche un vistazo al lugar.

La entrada principal daba directo con el comedor, el cual estaba continuo a las escaleras.
Intente llevar mi maleta sobre mi hombro al igual que Kouta; sin embargo no me resulto tan fácil como hacia ver el, pero pude subir los escalones.

Al llegar al piso superior, Kouta me esperaba con la puerta de una habitación abierta.

-aquí es tu cuarto.-me dijo una vez que llegue a su lado y eche una mirada al interior.

Era muy similar al que tenia antes en casa de mi abuela; había una cama de una plaza ubicada en un rincón quedando en forma recta hacia la puerta, a un lado de esta, había una pequeña mesita de noche que sostenía una lámpara azul, había una ventana en el cuarto, la cual estaba a un lado de un amplio mueble de madera desgastada.

-esta lindo.-le dije mientras ambos inspeccionábamos la habitación.

Entre en el cuarto junto con Kouta y en mi rostro choco el fresco y frío aire de afuera, sin desearlo me estremecí provocando a la vez un leve tirite con mis dientes.

La habitación estaba bastante fría, por lo cual me dispuse a dejar mis maletas encima de la cama e ir a cerrar la ventana, sin embargo Kouta se me adelanto.

-lo lamento, olvide cerrarla en la mañana.-se disculpo, yo negué con la cabeza haciéndole entender que no importaba.

-bien…-dijo soltando un suspiro.-en este mueble puedes dejar tus cosas…-comenzó a explicarme, mientras apoyaba su peso en el mueble de madera.-…tu organiza la habitación a tu gusto…-. Asentí con mi mirada pegada al suelo alfombrado.

-bien…te dejare para que arregles tus cosas…-me dijo para luego comenzar a caminar inseguro a la puerta para salir del cuarto, me apresure a detenerlo antes de que saliera del cuarto, había tenido una pregunta para el en la garganta desde que lo vi.

-Kouta…-lo llame cuando el ya hubo llegado al umbral de la puerta.

-¿que sucede?-me contesto volteándose hacia mi.

-oí… sobre…-no sabia como decírselo pero me traía muy nerviosa ese tema.-…bien…lo que pasa es que oí a unas mujeres hablar de unas muertes…-lo dije arrastrando cada palabra.

-OH…-soltó en un suspiro.-no te preocupes, fueron unos accidentes, y solo fueron dos muertos. Al parecer fueron animales salvajes.-lo mismo que había dicho una de las mujeres, por lo cual le respondí con las palabras que recordaba había oído de su compañera.
-pero…las victimas no tenían daños…nada mas que perdida de sangre…además que al parecer hay una muchacha desaparecida y oí algo de una quinta muerte…-alce mi mirada y pude ver sus oscuros ojos posados en mi, parecía examinar cada expresión de mi rostro.

-¿donde oíste eso?-me pregunto con voz tranquila pero demandante.

-lo oí de unas mujeres en la calle…cuando esperaba en la plaza.-le conteste de inmediato, sus facciones parecieron relajarse y soltó un suspiro mientras cerraba sus ojos.

-son solo chismes… Winifred no te involucres en ellos. Que no te atormenten. Hubieron dos muertos el resto solo fueron victimas que sufrieron mordeduras por esos animales, por ello no te preocupes, ya esta todo controlado.-me dijo mientras formaba un sonrisa en sus rojizos labios intentando tranquilizarme.

-pero… oí que ocurrieron en el mirador…-el asintió, mientras guardaba sus manos en los bolsillos de sus oscuros jeans.

-si…por ello ese lugar esta cerrado, esta prohibida la entrada, por si vuelve a ocurrir algo.-lo mire, había algo que me hacia desconfiar de sus palabras.
-¿y la muchacha?-pareció tensarse un poco, pero luego se relajo.

-no ha habido ninguna desaparición. Por lo que he sabido, solo fue una chica que huyo de su casa, Alexa Passions, sin embargo volvió a el luego de unos días-me contesto, con total tranquilidad.

Iba a seguir cuestionándolo, pero la puerta principal se cerro de golpe y se oyó una fuerte voz femenina llamando a Kouta.

-es mama. Vamos.-dijo alejándose de la habitación y dejándome con las palabras a punto de salir, lo seguí un poco menos cohibida, al conocer mas la casa, sin embargo al oír el tierno saludo entre Kouta y su madre mis piernas volvieron a temblar.

Cuando llegue al último escalón, pude ver como Kouta abrazaba fuertemente a una mujer de unos treinta y tantos años con largo cabello negro azabache muy similar al de Kouta, cuando rompió el abrazo mí mirada se encontró con el juvenil rostro de Beatriz.

-hola…-la salude con voz baja mientras me acercaba a ella para besarle la mejilla.

-Winifred. Bienvenida.-me dijo mientras habría sus brazos y me ubicaba entre ellos, con timidez le correspondí el abrazo.

-gracias.- le conteste mientras ella besaba mi mejilla.

Cuando ella deshizo el abrazo, comenzó a hablarnos sobre lo fríos que eran los días aquí, en especial ese día mientras caminaba a la sala de estar que parecía estar al término de la casa.

Ella parecía bastante energética, y en ese instante me di cuenta de que ella parecía tener un alma más infantil que su propio hijo, Kouta parecía ser mas maduro.

Continuamos hablando mientras comíamos unos sándwich que ella había traído estando ya sentados en los sofás de la sala de estar, me preguntaron de mi antigua escuela, y por extraño que sonara me percate que intentaban evadir cualquier anécdota o recuerdo de cuando vivía aquí con mis padres, a pesar de ello, disfrutaba del calido ambiente que se formaba. En más de una ocasión, Kouta bromeaba sobre lo infantil que era su madre, y que parecía que el fuera el padre de ella, y junto a ellos no pude evitar soltar más de una carcajada, había olvidado cuando fue la última vez que me había reído tanto…

-miren la hora. ¡Es tardísimo!-exclamo Beatriz mirando un reloj antiguo que estaba apoyado en un estante cerca de nosotros.

-cierto.-dijo Kouta comenzando a enderezarse del sofá luego de mirar también el reloj.

-OH. Winnie lo olvidaba.-me llamo Beatriz antes de que comenzara a levantarme de mi lugar.-mañana comienza la escuela.- ¿mañana?

-no. Empiezan el miércoles.-le corregí segura, yo había revisado en Internet el día y la hora en el cual debía asistir antes de venir aquí.

-claro. Las clases, pero mañana en la noche es “la fiesta del comienzo”.-

-¿que es eso?-le pregunte, no recordaba haber leído nada acerca de eso.
-es una fiesta que se da en la noche, un día antes de ingresar a clases.-la mire sin entender, jamás había oído de algo similar.

-es para estimular a los estudiantes.-interrumpió Kouta colocándose detrás de mí apoyando sus manos en el sofá.

-¿tu iras?-le pregunte alzando mi rostro para encontrarme con el suyo sonriendo. Asintió.

-pero no como estudiante.-finalizo, para luego saltar el sofá para quedar nuevamente a mi lado sentado con las piernas cruzadas; Kouta era muy ágil, no me había percatado antes.

-¿no?-le pregunte, sin entenderlo, el parecía tener mi edad y ser de ese tipo de chicos que sale a fiestas.

-Kouta ya salio de la escuela Winnie.-me explico Beatriz mientras sonreía orgullosa a su hijo.

Guarde silencio, no sabia que decir. Al parecer Kouta no iría a la universidad entonces…

-me tomare un año sabático. Por ti.-susurro como si leyese mis pensamientos, me sorprendió oír aquello, en realidad les estaba causando problemas…

-perdón…-le pedí mientras mordía mi labio inferior.

-no. No pidas perdón-me dijo con una sonrisa en el rostro, como si fuese un chiste aquello de perder un año.-yo lo decidí, no te dejaría sola tu primer año aquí y con mi madre...-me dijo mirando de reojo a Beatriz, a quien se le borro la sonrisa al oír aquello. Sin desearlo solté una suave carcajada.

Kouta me estaba gustando mucho, no de una manera romántica, si no como amigo, el era agradable, además que su forma de ser se parecía mucho a la mía, nos entendíamos.
-no lo dudo.-le respondí.-sin embargo… yo no voy a fiestas… creo que no soy de ese tipo de chicas…-les respondí con sinceridad volviendo al tema, pero sin quitar mi timidez, la cual estoy segura que se noto, ya que sentía mis mejillas arder.
-pero todos los jóvenes van, además si no te gusta bailar puedes acompañar a Kouta mientras trabaja.-me animo Beatriz echándole una fugaz mirada a el.

-por supuesto, yo seré el DJ. Me puedes acompañar mientras hago lo mío.-acepto entusiasmado.

Intente negarme mas de una vez con una que otra escusa, sin embargo Beatriz me insistió en que asistiera, para que comenzara a sociabilizar con mis futuros compañeros, con solo oír eso me aterre mas,  mis antiguos amigos los conocía prácticamente desde que era una niña…pero aquí no conocería a nadie.

Al final accedí, ambos eran demasiado buenos para convencer a las personas e insistentes, además Kouta estaría a mi lado en toda la noche.

Luego de que ambos se sintiesen victoriosos al hacerme asistir a la fiesta, comenzaron a apagar las luces y junto a ellos me dirigí al segundo piso para prepararme e ir a dormir.
Una vez que estuve lista me recosté en el suave colchón de la cama; el día había sido realmente agotador y al fin podía darme el lujo de relajarme.
 Mis pensamientos comenzaron a bagar con ideas que podrían ocurrir en la fiesta… para luego sin notarlo perder la conciencia y quedarme dormida.